Una forma más de hacer dinero fácil para algunas empresas
Los expertos y las evidencias dicen lo mismo, la adicción móvil o a Internet no existe
La adicción a Internet o a los teléfonos móviles crece como la espuma en los medios de comunicación sin embargo los expertos en salud están seguros de que solo es un bulo.
Si nos remontamos a los inicios de Internet podemos encontrar que la primera referencia al Internet Addiction Disorder en un documento de 1995. Encontramos muchos datos de ambas partes sobre el tema, las empresas que promocionan el uso excesivo de la red como una adicción se lucran con sesiones de terapia, o libros por ejemplo.
El éxito comercial está en dar miedo, la famosa serie Black Mirror es un ejemplo que nos enseña sobre como el uso de Internet puede cambiar nuestras vidas, para mal. En EEUU está creciendo el número de centros que prometen rehabilitar a los más afectados.
Tantos son los fraudes que la Asociación Norteamericana de Proveedores de Tratamientos para la Adicción quiere crear un código de regulación para las adicciones a los Smartphones y similares.
Pero los datos más reales o al menos “fiables” promovidos por muchos psicólogos dicen que la adicción a Internet NO EXISTE. Han acumulado muchas evidencias científicas que dicen que las adicciones como al sexo, compras, o Internet es más bien una manía como comerse las uñas más allá de crear una dependencia física o mental como pasa con las drogas.
Por otra parte si bien es cierto los teléfonos móviles y las videoconsolas causan trastornos de control de impulsos que acaban en situaciones realmente complicadas y problemáticas. La agresividad que nos produce no estar conectados de ninguna forma se ha de confundir con lo que es el verdadero problema, tratarlos como adicciones como el alcohol o la marihuana.
Aunque el uso desmesurado de las redes sociales y una obsesión por ser “populares” o estar conectados es un problema ya que interfiere en la vida de las personas, la solución no es abandonar el uso de estas sino adaptarse. El verdadero problema y del que se lucran las grandes empresas es de la dificultad de las personas para adaptarse a una nueva forma de hacer las cosas y que sea vista de forma totalmente normal y no clasista.
La demanda es real y contra más demanda haya más crecerán las soluciones dudosas y el público seguirá pensando que es una adicción en vez de sumarse al cambio y adaptarse a la situación.